· 

Conmemoremos la Independencia del Perú en un clima de reflexión y recogimiento

El Perú es un país multilingüe y pluricultural. Lo cual significa que, en el territorio peruano, conviven diversos pueblos indígenas que, pese a quinientos siglos de opresión, preservan sus lenguas originarias y, por consiguiente, su propia cosmovisión; es decir, su propia forma de concebir, experimentar y organizarse en el mundo, puesta de manifiesto en sus costumbres ancestrales, tradiciones, ritos, etc. Tal es el caso de los pueblos jaqarus, aimaras, quechuas, ashaninka, awajún, shipibo-konibo, shawi, kukama kukamiria, yagua, matsigenka, achuar, wampis, yanesha, asheninka, entre otros. Desconocer esta compleja realidad puede generar conflictos y convulsiones sociales, resquebrajar las instituciones democráticas y atizar, como sucedió en los años ochenta y noventa del siglo pasado, otra cruenta guerra interna, con su terror de guerrillas y terrorismo de Estado, o una nueva y atroz dictadura, como la que viene desangrando al Perú desde diciembre de 2022, que, con impunidad y cinismo, y el aval de Washington, restringe libertades y viola derechos fundamentales a cambio de «orden», «seguridad» y «estabilidad macroeconómica».

El República del Perú es muy joven. La época republicana es menor en comparación con los casi tres siglos que duró la época colonial, y es apenas un destello en el horizonte de las culturas que fulguraron durante la época prehispánica, cuya civilización más antigua, Caral, data de cinco mil años de antigüedad, lo que la convierte en la civilización más antigua del continente americano. La proclamación de la Independencia es su partida de nacimiento. Se realizó el 28 de julio de 1821 por el general argentino don José de San Martín en la plaza de Armas de Lima. Pero la victoria definitiva frente a los ejércitos realistas se llevó a cabo tres años después con las batallas de Junín y de Ayacucho, gracias a las tropas mayoritariamente extranjeras del general venezolano don Simón Bolívar. Esto permite colegir que el Perú es parte de una realidad geográfica, histórica y política aún más amplia, compleja y diversa: Hispanoamérica.

Como se sabe, la Emancipación con respecto al Imperio Español fue el resultado de un arduo proceso de negociaciones y guerras; de boicots comerciales, préstamos bancarios, injerencia, presión y apoyo militar del Imperio Británico a los independentistas. Por ello, los primeros años de la República estuvieron marcados por la inestabilidad política, el caudillismo y el inicio de la deuda externa. Como muchos otros gobiernos revolucionarios de América del Sur, el Perú emitió bonos en Londres para financiar sus gastos militares. En consecuencia, pasamos de la dependencia colonial del Imperio Español a la dependencia semicolonial (económica) del Imperio Británico.

Con todo, la etapa republicana que transitamos desde hace dos siglos se la debemos al sacrificio heroico de nuestros próceres y precursores: Micaela Bastidas, Túpac Amaru II, Juan Santos Atahualpa, María Parado de Bellido, José Hipólito Unanue, José Baquíjano y Carrillo, Toribio Rodríguez de Mendoza y tantísimas otras  personas que, desde el anonimato, contribuyeron con sus humildes oficios y entregaron sus propias vidas para lograr lo que no se ha conseguido todavía: un Estado-nación que se sostenga sobre los tres pilares fundamentales del desarrollo: la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.

De nuestra generación depende, pues, que el proceso republicano alcance la madurez y conquiste estos tres principales y caros objetivos, pese a las políticas imperialistas de los Estados Unidos en nuestra región. En tal sentido, no dejemos pasar la oportunidad de conmemorar la Independencia del Perú honrando la memoria de nuestros antepasados, no solo a través de ceremonias solemnes o significativas fiestas, sino también con actos cotidianos de auténtica generosidad, solidaridad y respeto para con nuestros compatriotas, propiciando siempre el diálogo intercultural sin importar el color de la piel, el origen regional, la lengua, la variedad dialectal, la condición socio-económica ni la orientación política, aunque haya por delante, hermanos peruanos, muchísimo que hacer.

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0